Saliendo del estadio Monumental del ultimo Perú vs Bolivia por las Clasificatorias Rusia 2018, prometí no volver a mas al coloso de Ate. Y es que mi experiencia como consumidor de la Selección no fue de las mejores: congestión vehicular al acceso, falta de estacionamientos, largas colas y falta de señalización al entrar, precarios servicios higiénicos y de alimentación, entre otros. El resultado deportivo fue lo único que paleo la más de hora de caminata para llegar a casa pasadas la 1am.
Al cierre de esta edición, la sede para el partido con Colombia no estaba definida. A pesar de ofrecer mayores facilidades al hincha, el Nacional tiene 30% menor capacidad (sin considerar palcos donde se ofrecen sus paquetes de hospitalidad Gold y VIP Pass) que el estadio de la U, lo que afectaría los ingresos de la FPF (la taquilla representa el 35%). A diferencia de los clubes que gozan de un mayor calendario de competencias, la Selección y su área Comercial tienen que aprovechar estos partidos de máximo interés.
Sin embargo, el actual momento deportivo amerita que deba priorizar la comodidad de sus jugadores – ya muchos manifestaron su deseos de regresar al Nacional – y de sus otros grupos de interés (prensa, policía, patrocinadores, afición) que generaran un efecto multiplicador de ingresos a futuro. El alto poder de negociación de la FPF y la actual predisposición política del IPD podrían hacer reducir los gastos de alquiler del “Estadio Nacional del Perú”, marca de reciente registro en Indecopi. Un alza moderada en los precios de las entradas también ayudaría a la causa.
Otras Federaciones de la región vienen priorizando también lo deportivo. El calor de Barranquilla, la altura de La Paz o la “olla a presión” de la Bombonera son algunos ejemplos. Independiente del escenario, lo que es indiscutible es que esta última fecha doble se cuelga el cartel de “no hay entradas”.